Kikkoman: la salsa de soya que conquistó el mundo, gota a gota

Hay sabores que marcan la diferencia desde el primer bocado. Ese toque que transforma un plato sencillo en algo memorable. Así es Kikkoman, la salsa de soya japonesa que ha conquistado cocinas en todos los continentes y que hoy se considera un básico indispensable para quienes disfrutan cocinar con sabor, autenticidad y equilibrio.

Una historia que comenzó hace más de 300 años

El origen de Kikkoman se remonta al Japón del siglo XVII, en una pequeña ciudad llamada Noda, donde varias familias comenzaron a perfeccionar la receta de una salsa a base de soya fermentada naturalmente.
Desde entonces, su secreto ha sido el mismo: paciencia y respeto por el proceso. Cada lote se elabora a partir de solo cuatro ingredientes naturales; soya, trigo, agua y sal, sin conservantes ni colorantes.
La fermentación se da de forma lenta y natural, generando un sabor complejo, profundo y con notas que recuerdan al vino añejo o al caramelo. Esa es la razón por la que una sola gota de Kikkoman puede transformar completamente una receta.

El sabor umami que potencia todo lo que toca

Kikkoman no es simplemente una salsa salada. Su magia está en el equilibrio entre lo salado, lo dulce, lo ácido y lo umami, esa sensación sabrosa y redonda que realza el gusto natural de los ingredientes.
A diferencia de otras salsas de soya industriales, Kikkoman no enmascara los sabores, los resalta. Por eso, cuando la usas, no solo condimentas: elevas la receta.

Y si te preocupa el contenido de sodio, existe su versión Less Sodium, con un 37% menos de sal pero con el mismo sabor característico. Perfecta para quienes buscan cuidar su alimentación sin perder intensidad en el sabor.

Versatilidad sin fronteras

Aunque nació en Japón, Kikkoman se ha convertido en una salsa universal.
Puedes usarla para preparar sushi o ramen, pero también para marinar una pechuga de pollo, darle vida a unas verduras salteadas o darle un toque especial a tus empanadas.
Es ideal para fusionar culturas gastronómicas: un chorrito de Kikkoman puede darle un giro espectacular a una salsa de tomate, a una vinagreta o incluso a una carne a la parrilla.

Es por eso que chefs y cocineros aficionados en todo el mundo confían en ella: porque funciona con todo y realza cualquier preparación.

Una marca que inspira confianza

Kikkoman no solo ha mantenido su receta intacta durante más de tres siglos; también ha evolucionado con responsabilidad.
La marca trabaja bajo estrictos estándares de calidad y sostenibilidad, cuidando desde el cultivo de los granos de soya hasta el envasado final.
Esa dedicación se nota en cada detalle: la textura, el aroma, la profundidad del sabor… incluso en el diseño de sus icónicos envases de vidrio con tapa verde o roja, pensados para conservar su pureza y facilitar el uso diario en la cocina.

El toque final para tus platos del día a día

Hay ingredientes que hacen más que sazonar: conectan culturas y despiertan creatividad.
Kikkoman es eso. Es la salsa que acompaña un almuerzo rápido entre semana, pero también la que se roba el protagonismo en una cena especial.
No importa si cocinas mucho o poco, si eres chef o simplemente disfrutas preparar tus propias comidas: una botella de Kikkoman en tu cocina te abre un mundo de posibilidades.

Encuentra toda la línea de salsas Kikkoman en Global Gourmet Market y descubre por qué esta salsa japonesa es el secreto de las cocinas más queridas del mundo.
Porque cocinar bien no se trata de complicarse, sino de elegir ingredientes que marcan la diferencia… y Kikkoman lo hace en cada gota.